Druich'nea

Hay historias que son advertencias. Relatos transmitidos de generación en generación, no para entretener, sino para recordar que hay cosas que deben permanecer enterradas. En un rincón olvidado de Galicia, donde la niebla nunca se disipa y las colinas parecen guardar secretos inmemoriales, existe un lago que es más que un simple espejo de agua. Las ruinas de un antiguo castro emergieron de su lecho fangoso con la última sequía, y con ellas, algo más. Algo que nunca debió volver a la luz del día. Un arqueólogo marcado por la culpa, una investigación que nunca debió empezar, y un pueblo que guarda silencio por temor a lo que yace bajo la superficie. Porque hay dioses que no son dioses. Hay nombres que no deben pronunciarse. Y hay lugares que, cuando te llaman, no te dejan marchar.

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