Susana Ballesteros

No soy ariane.

Existo.

No soy computadora.

Cada vez que alguien piensa que es una computadora, muere una locutora por ahí.

No, como con las hadas.

Soy real.

Yo nací en Madrid, en un pueblecito que se llama Villaviciosa de Odón.

Y luego, bueno, fui a Los Ángeles, trabajo como locutora y cantante, además de periodista, para unir al combo y hacerlo como más entretenido mi día, pero sí, principalmente locutora y cantante.

Bueno, a mí siempre me ha gustado el mundo de la voz.

Y entonces, lo que pasa es que yo en España tenía la idea de que la locución y el doblaje era un círculo muy cerrado, que era muy difícil entrar.

Entonces, ni siquiera como me había atrevido un poco a intentarlo.

Había trabajado en radio y había conocido voces impresionantes de estos, de hombres que tienen unas voces así profundas.

Y digo, ¡ay, tú no haces doblaje!

No, no, el doblaje es un ciclo muy cerrado.

Y digo, bueno, si esta gente no trabaja así en doblaje y tal, ¿qué voy a hacer?

Y entonces, bueno, el caso es que he trabajado en un programa de televisión, vengo a Los Ángeles en unas vacaciones y conozco el tercer día, al que es ahora mi marido, que es locutor y periodista.

Y tiene una voz de esas de... No sé qué todo así de... En un mundo...

Sí, exacto, muy bonito.

Pues exacto, entonces digo, claro, y me conquistó con la voz, con todo, todo, todo.

Y que de hecho primero le escuché la voz antes de conocerle a él.