Charles Bronson en Las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Hoy rebobinamos más de 20 años para recordar a Charles Dennis Buchinsky, un actor más áspero que el papel higiénico reciclado y al que todos conocerían como Charleh Bronson. El pequeño Charles nació el 3 de noviembre de 1921 en Pensilvania, la de Drácula no, la otra, la de los Amish, que lo más moderno que hacen es escuchar Concha Piquer. Sus padres, un minero tártaro con ciudadanía rusa y una lituana, tuvieron un equipo de rugby siendo Charles el undécimo de los 15, que comían como se aparcan en los pueblos con casitas bajas, días impares unos y días pares los otros. A los 9 años Charles empezó a fumar porque todavía no estaba de moda la heroína y 2 años después el padre, que ya tenía los pulmones como las uñas de un mecánico, se convirtió en la primera persona en costarle dinero al OCASO. Su puesto en la mina lo cubriría Charles por 1 dólar a la semana, que no le aseguraba un plato de comida pero mira, le puso el cuerpo como al actor éste de 300. En 300. Eso sí, Charles nunca dejó el colegio, siendo el primer miembro de su familia en terminar la EGB, aunque a veces lo único que tenía para ponerse eran los vestidos de sus hermanas e iba a clase como ET disfrazado de señora. En 1942, en cuantito cumplió la mayoría de edad de ellos, se alistó en las fuerzas aéreas porque no se imaginaba él que en el 45 lo iban a mandar a japón a jugar al Ace Combat. Le condecoraron con el Corazón Púrpura porque le hicieron una mosqueta y dos arañone. Ya en esta época tenía el pelo como un Action Man, la papa de los brazos como una peluquera y el bigote como una adolescente portuguesa. Cuando volvió quiso estudiar interpretación aunque su expresión tenía menos registros que el datáfono de un chiringuito. Trabajó en lo que pudo hasta que consiguió engancharse a una troupe de teatro como tramoyista. Su debut como actor fue una vez que le permitieron interpretar a un árbol en un día de levante fuerte. Más tarde consiguió un papel como soldado porque era el único que podía eructar a demanda, hasta que un día lo llamó Alain Delon, que aparece más que la humedad en Cádiz, y se lo trajo a Europa donde consiguió, superados ya los 50 años, el éxito y el reconocimiento por el que tanto se había esforzado. Y ya a pegá tiros y a matá gente. Se quedó con las ganas de interpretar a Batman, pero los productores pensaban que una película de Batman con bigote iba a parecer una película de pelo. En los años 80 vivió un resurgir de su filmografía con la aparición del VHS. Se casó 3 veces y tuvo cuatro hijos y pese a su imagen de persona ruda y áspera, cuando llegaba a su casa y se ponía las babuchas era amable y pintaba bodegones. Desgraciadamente, el Alzheimer lo visitó y borró todos sus recuerdos hasta que nos dejó el 30 de agosto de 2003, a los 81 años, aunque ustedes siempre podrán recordarlo cuando paguen el recibo del OCASO o vean a ET vestido de señora.

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