Nati Vera

Y si tú sabes que Dios está contigo, Dios te está viendo y no te ve para condenarte.

Él te ve porque quiere capacitarte y quiere que tú seas consciente de su presencia para capacitarte, para que cuando estés sola, cuando no tengas apoyo, cuando estés en momentos de debilidad, te sostengas en él y puedas triunfar.

Y el problema es que si la raíz de tus malos hábitos tienen raíces más profundas que las raíces de tus buenos hábitos que apenas están brotando, entonces va a ser muy difícil.

Por eso hoy quiero que abras los ojos, porque en dos semanas va a ser enero.

Ya viene otro aire de motivación.

Ya vas a estar en otra perspectiva mental.

Ya otra vez como que se reseteó todo y empezamos de cero.

Pero no es así.

Quiero que pienses que hagas lo que hagas hoy.

Lo que hagas esta semana y la próxima va a determinar la semilla y el tipo de terreno que estás construyendo.

Y eso se va a ver en pequeñas decisiones.

Cuando decides ir a un evento y parar y no seguir comiendo por ansiedad, no te tienes que atragantar.

Cuando eliges tomar sodas de dieta en vez de tomarte un cóctel, en vez de tomar licor.

Cuando decides levantarte y hacer tus 10.000 pasos, aunque estés cansada, porque sabes que mantenerte activa es importante para tu metabolismo, para tu salud mental.

Cuando decides no estar usando el ay, el lunes empiezo, ay, en enero empiezo, como una excusa.

Cuando decides no justificarte.

Cuando decides honrar tu cuerpo aunque nadie te esté mirando.

¿Por qué?

Porque tu cuerpo es el templo de la presencia de Dios.

Esas pequeñas cosas son triunfos.