Javier Lacorte

Son, digamos, su sistema de filtrado.

Es su forma de descubrir

¿Qué está pasando?

El algoritmo le sirve esos titulares y esos avances que considera relevante para ellos y luego ya deciden cuáles merecen profundizar, como tener una especie de editor personal automatizado que trabaja todo el día y te acaba conociendo mejor que tú mismo.

Y ese es seguramente el primer problema gordo.

Ese editor tiene intereses que no son periodísticos, no busca informarte de forma equilibrada, sino que lo que busca es el engagement.

Quiere que sigas scrolleando, quiere que pases más tiempo en la plataforma viendo anuncios, haciendo microcompras o lo que sea.

Y para eso, las noticias que te muestran

No son las más importantes, son las más vitales, son las más emocionales, las más diseñadas para provocarte una reacción inmediata.

Hay un caso en un artículo que lo ilustra muy bien.

Dice que un estudiante de Harvard, ella misma cuenta que cuando Trump intentó revocar los previsos de estudiantes internacionales en su universidad, vio más de 100 posts sobre el tema en un solo día.

Todo su Instagram estaba hablando de ello.

Era imposible no enterarse.

Pero una semana después, cuando un juez federal bloqueó esa medida y el problema fue resuelto, dice que vio quizás cinco pos, cinco, contra cientos.

Es decir, la resolución del conflicto no generó ni una décima parte de la viralidad que generó el propio conflicto.

Y ese es el sesgo fundamental de las redes como fuente de noticias, que sobre representan el drama y subrepresentan la resolución, amplifica la crisis, minimizan el contexto de información

diseñada para el impacto emocional inmediato, no para la comprensión sostenida.

Te mantienen en ese estado permanente de alerta de está pasando algo gordo, pero nunca te den el cierre porque el cierre no vende.

Hay algo que me parece más llamativo.

Dice que varios de los estudiantes cuentan algo sorprendente, que es que prefieren a los influencers de noticias porque sienten que están más conectados con la gente que los medios tradicionales.