Mario Guerra

Ajá.

Entonces, este departamento tiene tres divisiones principales.

Tiene la división de replay infinito, la que se encarga de reproducir cada momento, cada mensaje, cada interacción, buscando señales que no vimos o buscando qué fue lo que hice.

Pues, ¿qué le dije?

Pues, ¿a qué horas puse?

A ver, y revisa los mensajes y revisas cosas y en tu cabeza revisa las llamadas y lo que se dijo y lo que no se dijo.

Y esta parte de tu cabeza es como si fuera un detective que analiza la escena del crimen emocional una y otra vez, tratando de encontrar desde el motivo hasta el arma homicida, digamos así, de la ruptura.

Luego, la otra división que entra en tu cabeza es la división de guiones alternativos.

Esta es especializada en crear mil versiones diferentes de qué hubiera pasado si... qué hubiera pasado si le marco, qué hubiera pasado si no le marco, qué hubiera pasado si le digo esto, qué hubiera pasado si le presiono, qué hubiera pasado si no le presiono, qué hubiera pasado si dejo a mis hijos para quedarme con ella o con él, qué hubiera pasado si le digo que no, qué hubiera pasado si le pongo límites.

Este equipo creativo trabaja horas extras imaginando todos los finales posibles...

¿Pero cuál crees que no?

El que realmente sucedió, que te cortaron.

Y luego entra la división de autosabotaje.

Este departamento experto en convertir un no contestó mi mensaje en nunca seré suficiente para nadie.

Y también trabaja 24-7 transformando el silencio ajeno en una crítica personal.

Lo que realmente pasa aquí es más simple, pero igualmente complejo.

Algunas personas prefieren desaparecer que enfrentar la vergüenza y la incomodidad de una conversación honesta.

Vamos a decir que es como salir de puntillas de una fiesta aburrida, pero en versión relación.

El problema no siempre es personal, a veces el reflejo de que alguien nunca aprendió a manejar los finales.

Entonces, ¿cómo saber si vas avanzando cuentaviente?